Estos días estoy leyendo un libro (el Lenin leyendo un libro???) de Richard Bach llamado Uno, empecé a leerlo con mi enamorada, sugerido por alguna respuesta en un post que hablaba de LOST (tan raaaro).
No se si sea que no he leído a muchos autores de este tipo, pero me encanta mucho la forma de escribir y estoy planeando leer sus anteriores libros... He aquí la sinopsis del libro:
Una brillante combinación de fantasía, ficción, no ficción, filosofía, espiritualidad e inspiración. Con el amor y la esperanza como consejeros y 'lo que más importa' como su destino, los Bach viajan a distintas épocas y lugares, donde se encuentran con algunos de sus yoes alternativos y exploran diferentes motivaciones y estilos de vida.La teoría cuántica del gato en la caja y las bifurcaciones que crean universos paralelos, dice que por cada decisión que tomemos creamos un universo, la vida que vivimos de acuerdo a la decisión que tomamos es el universo en el cual nos encontramos, y la decisión que no tomamos existe en algún otro universo...
Se imaginan poder viajar a un universo en el cual podemos ver como se desarrolla nuestra vida en la cual no cometimos ese "error" del cual nos acordamos siempre...? Un lugar en donde esos momentos de tristreza y angustia no existen...?
Recuerdo una frase que dijo John Locke mientras viajó al pasado y le preguntaron que porqué no se dijo a sí mismo que haga las cosas de otro modo y se evite todo el dolor; contestó negativamente: "Necesitaba ese dolor para llegar a dónde estoy ahora". En base a mi experiencia, creo que todos necesitamos cometer errores para formarnos mejor como personas, por más graves que estos resulten; mientras peor es el error, más aprendemos y mejor nos comportamos para no volver a cometerlo.
He aquí un extracto de el punto 4 de Uno, que fue el que me dejó atónito (siempre los temas que causen paradojas sobre el destino me atraen mucho) y quiero compartirlo con ustedes...
Tiempo es el nombre que se da al movimiento de la conciencia. Cada acontecimiento que pueda suceder en el espacio y en el tiempo sucede ahora, al unísono, simultáneamente. No hay pasado, no hay futuro: sólo el ahora, aunque tengamos que usar un lenguaje basado en el tiempo para poder entendernos. Es como la aritmética. En cuanto uno aprende el sistema, sabe que todos los problemas con números ya están resueltos. El principio de la aritmética ya sabe la raíz cúbica de seis, pero a uno puede llevarle lo que llamamos tiempo, algunos segundos, descubrir cuál ha sido siempre la solución. (...) Lo importante no es que todo esté hecho, sino que tenemos infinitas posibilidades de elección. Nuestras elecciones nos llevan a experiencias; con la experiencia comprendemos que no somos las pequeñas criaturas que parecemos ser. Somos expresiones interdimensionales de la vida, espejos del espíritu.
La raíz cúbica de ocho es dos, pensé; la raíz cúbica de uno es uno. ¿La raíz cúbica de seis? Algo entre uno y dos, tirando a más... ¿Uno coma ocho? Y sin duda alguna, mientras calculaba comprendí que la respuesta había estado esperando desde antes de que yo me formulara la pregunta...
Si tuvieses la oportunidad de ir al pasado, ¿Cambiarías algo de tu vida?
Si pudieses ir hacia el futuro, ¿Lo harías?
Con lo que vuelvo a las paradojas: ¿Crees que eres dueño de tu vida? ¿Existe el libre albedrío?
